El Dr. Francisco Javier Domínguez Quintana, especialista en nefrología, impartió la conferencia “Hiperuricemia como factor de riesgo en el embarazo”, que se llevó a cabo en el Centro de Convenciones del Hospital San José.
Explicó las consecuencias que tiene durante el embarazo el aumento en los niveles de ácido úrico en la sangre o hiperuricemia (HU).
El ácido úrico (AU) es una sustancia que está presente en la sangre y se deriva del metabolismo de otras sustancias en nuestro cuerpo que se llaman purinas.
El mayor consumo de carne, cerveza, fructosa (azúcar de la fruta) puede estar implicado en mayor formación de AU.
Se ha visto en diferentes estudios que valores elevados de este ácido tienen implicaciones clínicas; una persona con niveles elevados de AU es más propensa a ser hipertensa.
En el caso de HU durante el embarazo, el Dr. Domínguez precisó que:
“El AU representa un factor de riesgo en cuanto a morbilidad se refiere en este tipo de pacientes. Si maneja niveles altos de ácido úrico se ha visto que sí va a haber repercusiones en el curso de la propia paciente y de su hijo, entonces el ácido úrico como han mostrado algunos estudios se puede elevar incluso desde antes de la semana veinte que es cuando se empiezan a manifestar esta serie de alteraciones”.
En el embarazo normal, los niveles de ácido úrico son dinámicos, caracterizándose por una reducción inicial en los primeros meses de embarazo, seguido de un aumento continuo en el tercer trimestre hasta el parto, y una posterior reducción hasta alcanzar una concentración similar a antes del embarazo.
“Se ha visto que niveles elevados de AU también va a hacer que la mujer a futuro también tenga mayor riesgo de ser hipertensa; y la cosa no queda ahí, también el bebé o el producto que ya gestó en ese momento también puede llegar a tener mayor posibilidad de tener patología renal a futuro, de ser un sujeto hipertenso quizás durante la juventud y de tener compromiso renal”.
Refirió que el estar monitorizando los niveles de AU puede ser la diferencia, “es algo que se tiene que incluir en los chequeos anuales que nos hacemos todos, los chequeos que hace el pediatra, el revisar el ácido úrico es un factor que será importante”.
“La hiperuricemia repercute de una manera negativa en la remodelación de los lechos vasculares placentarios y por ende lleva una perfusión placentaria disminuida, también los tejidos maternos pueden experimentar lesión endotelial debido a la hiperuricemia, esto se asocia a isquemia, a un estrés oxidativo, da una retroalimentación positiva y todavía eleva más los niveles de ácido úrico, también está asociado a su espasmo y la pérdida de fluido lo cual perpetuará la hiperuricemia”.
A pesar de que en estudios recientes no se ha comprobado la asociación de la hiperuricemia con fenómenos durante el embarazo como la restricción del crecimiento intrauterino (RCIU), la preeclamsia, o el síndrome de HELLP del embarazo; sí se encontró una alteración del ácido úrico en comparación con las embarazadas normoevolutivas.
“La hiperuricemia no es algo que se ve de manera uniforme en las mujeres que tienen estos trastornos hipertensivos, pero sí se ha visto que representa un factor de riesgo o un factor de morbilidad materno-fetal”.
Ya que purinas se pueden encontrar en muchos alimentos, “se recomienda dieta lo más posible baja en purinas con nutrición renal, control del aporte de fructosa para tratar de controlar esa otra vía metabólica para la formación del AU”.
“Definitivamente si hay niveles altos de AU va a ser complejo controlarlo sólo con dieta, entonces, si es algo que se exacerba va a haber la necesidad en el camino de hablar con la paciente del tratamiento farmacológico que disponemos”.
Actualmente el medicamento más utilizado para bajar los niveles de AU es el alopurinol, el cual se elimina a través del riñón; sin embargo, existe un medicamento de reciente aparición:
El febuxostat, el cual se elimina a través del hígado, es un medicamento nuevo, no se saben muchas cosas, “aunque se han hecho estudios experimentales y se ha expuesto a dosis muy altas para ver los riesgos, no sabemos qué implicaciones pueda tener a futuro” subrayó el Dr. Domínguez.
Finalmente reiteró la importancia de tratar la HU durante el embarazo con medicamentos que, si bien no se conocen en su totalidad las repercusiones que puedan tener, “pero realmente es algo que se tiene que abordar; es algo que se tiene que tratar porque eso va a derivar en más hipertensos y más nefrópatas”.
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