El Dr. Alejandro Díaz Carrillo, especialista del enfermo en estado crítico (intensivista), ofreció la conferencia “Hemorragia Crítica” en el Centro de Convenciones del Hospital San José.
Abordó con precisión las diferentes variables y factores involucrados en la toma de decisiones del personal médico al momento de que un paciente esté sufriendo una severa pérdida de sangre y requiera de la transfusión de hemoderivados como concentrados de eritrocitos o plasma fresco congelado.
“El escenario de hemorragia grave o hemorragia crítica es muy común en nuestro país, tanto por los episodios de violencia, como los accidentes automovilísticos, (…) el plantear estrategias que reduzcan la mortalidad en este tipo de pacientes es algo imperante en todos los hospitales, tanto del sector salud como del sector privado”
Debido a que habitualmente son pacientes complejos que tienen el riesgo de perder la funcionalidad de órganos así como la vida, la estrategia a seguir para frenar el estado de choque de hemorragia y tratar de restablecer en la forma más rápida posible su estado normal previo a la accidente o a la agresión que haya sufrido será determinante.
“Ante la pérdida de sangre se trata de reponer el volumen a nivel intravascular (…), tenemos una gama de opciones en la medicina que van desde las soluciones cristaloides (sueros), como la solución salina, la solución Hartmann, las soluciones glocusadas; y (por otro lado) las soluciones coloides las cuales tienen mayor peso molecular”
Actualmente existen diferentes hipótesis sobre el uso de los tratamientos y la eficacia en los pacientes:
“Estas soluciones (las cristaloides) inicialmente se creía que no eran deletéreas porque era como administrar un poco de agua solamente, sin embargo, (actualmente se sabe que) las moléculas que las forman pueden dar efectos no deseados cuando se administran en diferentes tipos de pacientes”
De igual forma el Dr. Díaz Castillo subrayó que a pesar de que, en teoría, las soluciones coloides logran permanecen más tiempo dentro de los vasos sanguíneos, los estudios realizados en forma multicéntrica y en la bibliografía internacional no han logrado demostrar dicha ventaja sobre las soluciones cristaloides.
“En teoría podrían ayudar (las soluciones coloides), pero han fallado en demostrar un beneficio absoluto para utilizarlos en forma rutinaria”
Exhortó a los asistentes a romper los paradigmas en cuanto a las opciones para monitorear la coagulación utilizando sistemas modernos como la tromboelastografía (TEG) y la tromboelastometría (TEM) a fin de obtener mejores resultados:
“Hay diferentes pruebas de coagulación, las pruebas tradicionales o convencionales son los tiempos de coagulación”, que si bien podemos encontrarlas en prácticamente todos los laboratorios de todo el mundo la información obtenida es limitada; en cambio, las pruebas viscoelásticas miden la fuerza del coágulo y aportan un estudio más completo, “aquí en México tenemos disponible el tromboelastógrafo”.
Finalmente refirió que el tromboelastograma –utilizado en otros países desde hace varios años- empezará a comercializarse próximamente, actualmente se encuentra en proceso de trámite y registro ante la Cofepris.
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