La diabetes se ha convertido en un problema de salud pública que desafortunadamente va en aumento entre la población, sin embargo, es un padecimiento que a avanzado en los últimos años en cuanto a tratamientos, logrando así prolongar y mejorar la calidad de vida de un paciente enfermo.
Al encabezar la conferencia magistral “Una historia real de la diabetes” en el Hospital San José Querétaro, el Dr. Pablo Soberón Álvarez compartió su experiencia de como es vivir con la enfermedad, ya que a él le fue detectada a una edad muy temprana.
Con una visión amplia del proceso de evolución de la enfermedad y los panoramas que siempre se ponen sobre la mesa, el especialista hizo un recorrido desde el día en que fue diagnosticado y dónde las expectativas de vida eran muy reducidas, hasta la evolución de los tratamientos que le han permitido, hasta el día de hoy llevar una vida normal y plena.
Datos en México
En México esta enfermedad supera por más del doble a los países que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en la prevalencia del padecimiento con un 15.8% de la población entre los 20 y los 79 años.
Tan solo en 2017 el sector salud registró más de 27 mil casos de diabetes en México, que en el caso de instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social representa que el 60% de sus derechohabientes padece esta enfermedad.
Tipos de diabetes y síntomas
En la diabetes tipo 1 la causas del padecimiento pueden ser internas y se da cuando el sistema inmune del cuerpo destruye las células del páncreas, que son las encargadas de producir la cantidad correcta de insulina que requiere el cuerpo. Normalmente aparece en personas jóvenes y el tratamiento que requieren es de por vida.
Por otra parte, la diabetes tipo 2 se da en personas que tenían un páncreas que funcionaba bien antes pero que debido a factores como la obesidad y un estilo de vida poco sano, tienen complicaciones para producir insulina. Si este tipo de diabetes es detectado oportunamente el tratamiento se puede basar en un cambio en la dieta que pueda ser complementada con ejercicio físico, sin embargo, si la enfermedad avanza se tiene que recurrir a la medicación por pastillas o incluso inyectadas.